“Si amamos a Dios sobre todas las cosas, inmolémonos por Él. Si amamos al prójimo como a nosotros mismos, démosle la Fe, nuestro mayor Tesoro” – Plinio Corrêa de Oliveira
Palabras del Director
Palabras del Director Nº 196 - Abril de 2018 – Año XVII
Un peligro que se cierne en nuestros días sobre la familia es expuesto en la presente edición como Tema del Mes. El término con que él se define, deconstrucción, así como sus respectivas ideas erróneas, están siendo ampliamente difundidas por los medios de comunicación, universidades y círculos de avanzada.
Los objetos preciosos y la doctrina católica
No sería justo juzgar la profesión de orfebre en sí misma inútil o nociva, y ver en ella una injuria a la pobreza, casi un desafío lanzado a los que no pueden tener parte en ello. Sin duda, en este campo más que en otros, es fácil el abuso.
Insidiosa trama para disolver la familia
Una observación banal y evidente es que hoy todo tiende a disgregarse, empezando por la familia. El esfuerzo continuo que los hombres ejercían para asociarse, teniendo en vista un bien común, tiende ahora a desarticularse.
Expresión de la destreza y elegancia en el arte del rejoneo
Cabalgado de modo eximio por el rejoneador Andy Cartagena, el bello y fogoso caballo Luminoso —cual nuevo Pegaso pronto a levantar vuelo— atraviesa en dos patas casi toda la arena de la Plaza de Toros de Villarrobledo, en España.
San Benito José Labre
Benito José nació el 26 de marzo de 1748 en Amettes, en la diócesis de Boulogne, al norte de Francia. Era el mayor de los 15 hijos de Juan Bautista Labre y Ana Bárbara, miembros de la clase media local, que dieron a su numerosa prole una profunda educación religiosa, de manera que varios de ellos siguieron la vocación sacerdotal.
¿Puede la Iglesia Católica aceptar a sacerdotes casados?
En una reunión, el diácono de nuestra parroquia dijo que dentro de pocos años la Iglesia aceptará sacerdotes casados. Confieso que quedé muy confundido y quisiera conocer su calificada opinión.
+449, d.C. + Turquía. Patriarca de Constantinopla (446-449), participó del concilio convocado por el emperador Teodosio II y realizado en una iglesia de Éfeso (Turquía) el 8 de agosto de 449. Cuando se deliberaba a respecto de Eutiques y de su herejía monofisita (según la cual habría en Nuestro Señor Jesucristo apenas una naturaleza, y no dos –la divina y la humana-, una multitud compuesta por monjes, soldados y marineros exaltados invadió la iglesia para apoyar a los obispos heréticos y golpear a los padres conciliares que se oponían a Eutiques. Las iras se volvieron principalmente contra Flaviano. Llevado preso, murió debido a los malos tratos recibidos durante aquel tumulto, que quedó conocido como el concilio de ladrones, o pillaje de Éfeso, o aun el latrocinio de Éfeso.