“Si amamos a Dios sobre todas las cosas, inmolémonos por Él. Si amamos al prójimo como a nosotros mismos, démosle la Fe, nuestro mayor Tesoro” – Plinio Corrêa de Oliveira
SOS Familia
Los deberes de los hijos hacia sus padres
Es pues pecado hablarle a los padres con aspereza o con tono elevado. Pecado aún mayor es burlarse de ellos, oponerse a su voluntad, maldecirlos, o proferir contra ellos términos injuriosos, como los de loco, ladrón, borracho, brujo y otros de ese género.
El amor conyugal; divorcio y sentimentalismo
El sentimentalismo es esencialmente frívolo. No perdona trivialidades. De manera que un modo ridículo de roncar durante el sueño, el mal aliento, cualquier otra miseria humana, en fin, puede matar inapelablemente un sentimiento romántico.
Consideraciones sobre la oración (II)
Es preciso que tengamos una conciencia nítida de lo que constituye el objeto de nuestra oración; es decir, es menester la intención, la atención y el recogimiento. El punto importante es que no queramos distraernos o no nos entreguemos conscientemente a las divagaciones.
Una invitación al amor a la Santa Cruz de Nuestro Señor Jesucristo
Por ocasión de la Semana Santa entregamos a la consideración de nuestros lectores una gran y suprema verdad, cuyo recuerdo debe iluminar todas las meditaciones que los buenos católicos hagan sobre el tema.
¿Se puede tener un conocimiento natural de Dios?
Es a partir de los sentidos que el hombre llega al conocimiento del universo y de la multitud de seres existentes en él. Y a partir de ahí, personas de todos los pueblos y de todas las épocas reconocieron que este universo revela una armonía y una sapiencialidad que excede toda calificación y toda cuantificación. El siguiente paso es admitir la existencia de un ser supremo.
El glorioso patriarca San José
Pero San José, por haber sido el padre legal de Nuestro Señor y el casto esposo de María Santísima, alcanzó un grado de santidad y de gloria sin par en toda la Iglesia. Diversos teólogos, entre ellos San Francisco de Sales y San Alfonso María de Ligorio afirman que San José murió de amor de Dios.
+1433 + Holanda. Como víctima expiatoria, fue por más de 20 años afectada por casi todas las molestias imaginables, en medio de la extrema miseria. Tenía constantes visiones de Nuestro Señor, del Paraíso, del Purgatorio y del Infierno.