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«Tesoros de la Fe» Nº 177

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¿Dónde nació la Santísima Virgen?

Si bien la pregunta versa sobre un tema muy entrañable para los católicos, por diversas razones no encuentra fácil respuesta. La Natividad de la Virgen María se conmemora el día 8 de setiembre.

VALDIS GRINSTEINS

Para comprender la falta de informaciones sobre la vida de Nuestra Señora en los primeros siglos de la Iglesia, es conveniente tomar en cuenta las particularidades de aquella época.

El mundo pagano, a causa de la decadencia en que se encontraba, era politeísta, o sea, las personas adoraban simultáneamente a varios dioses. A los paganos no les parecía ilógico ni absurdo que hubiesen muchas divinidades, o que ellas no fuesen perfectas. Peor aún, consideraban normal que los dioses dieran malos ejemplos de libertinaje moral, siendo, por ejemplo, adúlteros, ladrones o borrachos. Obviamente, no todos los dioses eran presentados como subyugados por esos vicios, pero el hecho de que algunos de ellos estuvieran en tales condiciones, volvía inmensamente más arduo que los paganos entendieran la noción católica del verdadero y único Dios, de perfección infinita.

Por eso la primitiva Iglesia tuvo mucho cuidado al presentar a la Virgen María como Madre de Dios, pues aquellos pueblos, con fuerte influencia del paganismo, rápidamente tenderían a transformarla en una diosa.

Solamente después de la caída del Imperio Romano de Occidente y de la sucesiva cristianización de aquellos pueblos comenzó la Iglesia —que nunca negó la importancia fundamental de la Virgen Santísima en la historia de la salvación— a colocar a Nuestra Señora en la evidencia que le compete y a exaltar sus maravillas. Y con ello, hacer un bien indescriptible a las almas de los fieles.

Es fácil comprender por qué en ese largo período, cerca de 400 años, muchas informaciones a respecto de la Santísima Virgen se hayan perdido y otras se encuentren en fuentes no enteramente confiables. No obstante, la Tradición de la Iglesia conservó fielmente aquellos atributos suyos que eran necesarios para la integridad de la fe de los católicos. Lo esencial fue transmitido, y, para un hijo que ama su Madre, cualquier dato a su respecto es importante.

Entre esos datos, sobre los cuales un velo de misterio permaneció, está el lugar en el que nació la Virgen.

Belén, Séforis o Jerusalén

Tres ciudades disputan la honra de haber sido el lugar de nacimiento de la Madre de Dios. 1

La primera es Belén. Esa tradición se debe al hecho de ser Nuestra Señora de estirpe real, de la casa de David. Siendo Belén la ciudad de David, esa fue la razón por la cual san José y la Virgen Santísima —ambos descendientes del Profeta-Rey— se dirigieron a aquella localidad, por ocasión del censo romano que ordenaba a todos registrarse en el lugar originario de sus familias. Por ello, el Niño Jesús nació en Belén, y es aclamado, en el Evangelio, como Hijo de David. El principal argumento de los que sustentan la tesis de que María nació en Belén se encuentra en un documento titulado De Nativitate S. Mariae , incluido a continuación de las obras de san Jerónimo.

Otra tradición señala a la pequeña localidad de Séforis, a escasos kilómetros al norte de Belén, como el lugar del nacimiento de la Virgen. Tal opinión se basa en que, ya en la época del emperador Constantino, al comienzo del siglo IV, fue construida en esa localidad una iglesia para celebrar el hecho de que allí residieron san Joaquín y santa Ana, padres de la Santísima Virgen. San Epifanio (315-403) menciona este santuario. Los defensores de otras hipótesis resaltan que el hecho de que los progenitores de la Virgen Santísima hayan vivido allí no indica necesariamente que María nació en aquella localidad.

La hipótesis que congrega mayor número de adeptos es la de que la Virgen nació en Jerusalén. San Sofronio, Patriarca de Jerusalén (634-638), escribiendo el año 603, afirma claramente que aquella es la ciudad natal de María Santísima.2 San Juan Damasceno defiende la misma posición.

La fiesta de la Natividad

En la Iglesia Católica celebramos numerosas fiestas de santos. Como felizmente hay miles de santos, se conmemoran miles de fiestas. Ocurre que no se celebra la fecha del nacimiento del santo, sino la de su muerte, que corresponde al día de su entrada en la vida eterna. Solamente en tres casos las fiestas se conmemoran el día en que nació: Nuestro Señor Jesucristo (Navidad); el nacimiento de san Juan Bautista (24 de junio); y, la Natividad de la Santísima Virgen.

La fiesta de la Natividad era celebrada en el Oriente católico mucho antes de ser instituida en Occidente. Según una bella tradición, tal fiesta tuvo su inicio cuando san Maurilio la introdujo en la diócesis de Angers, Francia, a consecuencia de una revelación, el año 430. Un señor de Angers se encontraba en la praderas de Marillais, en la noche del 8 de setiembre de aquel año, cuando oyó a los ángeles cantando en el cielo. Les preguntó cuál era el motivo del cántico. Le respondieron que cantaban en razón de su alegría por el nacimiento de María Santísima en la noche de aquel día.3

En Roma, ya en el siglo VII, existen registros de la conmemoración de tal fiesta. El Papa Sergio I la solemnizó con una gran procesión.

Posteriormente, Fulberto, obispo de Chartres (1006-1028), contribuyó enormemente para la difusión de esta fecha en toda Francia. Finalmente, el Papa Inocencio IV, durante el Concilio de Lyon (1245), extendió la festividad a la Iglesia universal.

Conmemoración en la actualidad

Por una serie de curiosos motivos, la fiesta de la Natividad es celebrada muy especialmente en Italia y en Malta. Siendo el pueblo italiano muy vivaz y propenso a celebraciones familiares, no sorprende este hecho.

En Malta, la principal conmemoración de la fiesta tiene lugar en la isla de Gozo, con una solemne procesión en la localidad de Xaghra.

En la ciudad de Florencia, el día de la fiesta, numerosos niños se dirigen al río Arno levando pequeñas linternas, que son colocadas en el agua y lentamente van atravesando la ciudad.

En Sicilia, en la localidad de Mistretta, la población celebra la fiesta representando un baile entre dos gigantes. A primera vista, parecería que esto nada tiene que ver con el hecho histórico. Pero corresponde a una tradición: fue encontrada una imagen de santa Ana con la Virgen aún niña. Llevada a la ciudad, la imagen misteriosamente regresó al lugar donde había sido encontrada, y los habitantes juzgaron que sólo podría haber sido llevada por gigantes. De tal leyenda proviene la costumbre.

En Moliterno, al contrario, existe la linda y pintoresca costumbre de que las niñas de la localidad coloquen pequeñas velas en los sombreros de sus trajes típicos. En determinado momento desaparecen las otras luces y sólo permanecen las de las niñas, que ejecutan una danza regional.

Curiosamente, en muchas localidades las luces desempeñan un papel determinante en la fiesta. Podemos aventurarnos a conjeturar una razón para ello: la Natividad de la Virgen María representó un prenuncio de la llegada al mundo de la Luz de Justicia, Nuestro Señor Jesucristo.

Procesión que se realiza anualmente en la fiesta de la Natividad, en la ciudad de Gozo

Notas.

1. www.enciclopediacatolica.com.
2. Nuevo Diccionario de Mariología , Ed. Paulinas.
3. La fête angevine N.D. de France , IV, París, 1864, 188.

 



  




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