Palabras del Director Enero de 2020 – Año XIX

Estimados amigos:

La mítica figura de los Reyes Magos ha deslumbrado durante siglos la imaginación infantil. Estos legendarios personajes venidos de Oriente, montados en colosales dromedarios, guiados por una misteriosa y resplandeciente estrella, cargados de preciosas y simbólicas ofrendas, para adorar al Mesías prometido que vendría a redimir al género humano y abrir las puertas del Cielo, han conquistado los corazones de grandes y pequeños.

Aunque su existencia esté plenamente confirmada en la narración bíblica de San Mateo, no falta quien la haya puesto en duda. Sin embargo, autores como san Beda el Venerable recogieron tempranamente narraciones orales a su respecto, las cuales quedaron indeleblemente grabadas en la piedad popular. Asimismo, de acuerdo con una tradición acogida por san Juan Crisóstomo, se conoce que los tres Reyes Magos fueron posteriormente bautizados por santo Tomás Apóstol y colaboraron con la expansión de la fe cristiana. Sus reliquias fueron descubiertas en Persia por la emperatriz santa Elena y llevadas sucesivamente a Constantinopla, Milán y Colonia; en cuya catedral son veneradas hasta el día de hoy en una magnífica urna de oro y piedras preciosas.

Para tratar de este interesante tema, reproducimos algunos trechos del libro “Jesucristo según los Evangelios”, de la connotada pluma del padre Louis-Claude Fillion, profesor de Sagrada Escritura en el Instituto Católico de París y consultor principal de la Pontificia Comisión Bíblica durante el pontificado de san Pío X.

Cinco siglos atrás, en tierras sudamericanas, los capitanes de Francisco Pizarro recorrían los arenales de la costa peruana en busca de un lugar propicio para fundar la capital de su gobernación. Fueron quizás reflexiones como estas, ante la proximidad de la fiesta de la Epifanía del Señor (6 de enero), las que motivaron al conquistador extremeño a bautizar a Lima como la Ciudad de los Reyes.

En Jesús y María,

El Director

La catedral sumergida ¿Por qué el celibato?
¿Por qué el celibato?
La catedral sumergida



Tesoros de la Fe N°217 enero 2020


Epifanía del Señor Encuentro de los Reyes Magos camino a Belén
La catedral sumergida Enero de 2020 – Año XIX ¿Por qué el celibato? El cuarto mandamiento Los Santos Reyes Magos San Timoteo de Éfeso y San Tito de Creta ¿Cómo se compatibiliza el milagro con el orden divino del universo? El Cruzado



 Artículos relacionados
Cientos de iglesias cerrarán en Holanda Entre 600 y 700 Iglesias Católicas serán desacralizadas y entregadas a usos profanos en el próximo lustro,informó el diario oficioso vaticano L’Osservatore Romano, citado por Catholic World News (CWN)...

Leer artículo

Institución de la Eucaristía En esta última cena, el Salvador dio a los hombres la señal más evidente del amor que les profesaba, instituyendo el Sacramento de la Eucaristía...

Leer artículo

San Martín de Porres Al más ilustre de los peruanos. El próximo 6 de mayo se conmemora el cincuentenario de la canonización de este santo peruano del siglo XVII, conocido en el mundo entero por su caridad eximia y sus extraordinarios milagros, que rayan en lo mítico. Hace exactamente 50 años,...

Leer artículo

Capítulo 14: “Rusia habrá extendido ya sus errores por el mundo” El pedido de la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María se realizó el 13 de junio de 1929, siendo 12º aniversario de la segunda aparición. Como relata la hermana Lucía, ella estaba sola haciendo una vigilia de oración en la capilla, entre las 11 p.m. y la medianoche, cuando tuvo una visión simbólica sobre la Santísima Trinidad y la Redención...

Leer artículo

La moralidad es el fundamento del orden social ASÍ COMO EL RAYO DE SOL entra por una rendija de la ventana para formar un pequeño escenario de luces y de sombras, así también la madre católica debe crear alrededor suyo, por su modo de ser, un ambiente propicio para la formación del subconsciente de sus hijos, haciendo con que las primeras nociones de moralidad y de buen comportamiento echen raíces en ellos...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino