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El Milagro de la Santa Casa de Loreto
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Oraciones complementarias del Santo Rosario




Oh Jesús mío

(Jaculatoria recomendada por la Virgen de Fátima,
para ser rezada al final de cada decena)

Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno; lleva a todas las almas al cielo, principalmente a las que más lo necesiten.

Agradecimiento

Infinitas gracias os damos, soberana Princesa, por los favores que todos los días recibimos de vuestra benéfica mano; dignaos, Señora, tenernos ahora y siempre bajo vuestra protección y amparo; y para más obligaros, os saludamos con una Salve:

Salve

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María!

V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Acordaos

(Oración de San Bernardo a la Virgen)

Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir, que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando vuestro socorro, haya sido abandonado por Vos. Animado con esta confianza a Vos también acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes; y gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. No despreciéis mis súplicas, oh Madre de Dios, antes bien oídlas y acogedlas benignamente. Así sea.

Letanías Lauretanas

(Son las letanías a la Santísima Virgen más divulgadas)

Señor, ten piedad de nosotros, Señor...

Cristo, ten piedad de nosotros,

Señor, ten piedad de nosotros,

Cristo, óyenos, Cristo....

Cristo, escúchanos,

Dios, Padre Celestial, ten piedad de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo,

Dios Espíritu Santo,

Trinidad Santa, que eres un solo Dios,

Santa María, ruega por nosotros.

Santa Madre de Dios,

Santa Virgen de las vírgenes,

Madre de Jesucristo,

Madre de la Iglesia,

Madre de la divina gracia,

Madre purísima,

Madre castísima,

Madre intacta,

Madre incorrupta,

Madre inmaculada,

Madre amable,

Madre admirable,

Madre del buen consejo,

Madre del Creador,

Madre del Salvador,

Virgen prudentísima,

Virgen venerable,

Virgen laudable,

Virgen poderosa,

Virgen clemente,

Virgen fiel,

Espejo de justicia,

Trono de la sabiduría,

Causa de nuestra alegría,

Vaso espiritual,

Vaso digno de honor,

Vaso insigne de devoción,

Rosa mística,

Torre de David,

Torre de marfil,

Casa de oro,

Arca de la alianza,

Puerta del Cielo,

Estrella de la mañana,

Salud de los enfermos,

Refugio de los pecadores,

Consuelo de los afligidos,

Auxilio de los cristianos,

Reina de los ángeles,

Reina de los patriarcas,

Reina de los profetas,

Reina de los apóstoles,

Reina de los mártires,

Reina de los confesores,

Reina de las vírgenes,

Reina de todos los santos,

Reina concebida sin pecado original,

Reina asunta al Cielo,

Reina del Santísimo Rosario,

Reina de las familias,

Reina de la paz,

(A cada una de las tres invocaciones siguientes, se golpea con la mano derecha en el
pecho en señal de dolor y arrepentimiento por los pecados cometidos:)

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.

V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Oremos.- Te rogamos, Señor, que nos concedas, a nosotros tus siervos, gozar de perpetua salud de alma y cuerpo, y por la intercesión de la Bienaventurada Virgen María, seamos librados de la tristeza presente y disfrutemos de la alegría eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.     




(Texto tomado del libro El Culto a la Santísima Virgen, pp. 55, 86-90)