Oraciones de Fátima
Oraciones enseñadas por
el Ángel de Portugal
a los tres pequeños videntes
Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman.
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo: yo te adoro profundamente y te ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los sagrarios de la tierra, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que Él mismo es ofendido. Y por los infinitos méritos de su Santísimo Corazón y del Inmaculado Corazón de María, te pido la conversión de los pobres pecadores.
Jaculatoria eucarística
de los pastorcitos de Fátima
Santísima Trinidad, yo te adoro. Dios mío, Dios mío, yo te amo en el Santísimo Sacramento.
Oración que la Virgen de Fátima
les dio a los niños para rezar
después de cada decena del Rosario
¡Oh. Jesús mío!, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, lleva a todas las almas al cielo, principalmente a las que más lo necesiten *.
* Circulan diversas formulaciones de esta jaculatoria recomendada por Nuestra Señora. Pequeñas variantes aparecen hasta en los manuscritos y entrevistas de la Hna. Lucía. La que registramos se encuentra en “Memorias IV” (El Futuro de España en los documentos de Fátima, p. 136) y fue confirmada por la vidente en su entrevista con el famoso escritor católico norteamericano William T. Walsh (Idem., pp. 276-277).
Oración de ofrecimiento
de los sacrificios enseñada
por Nuestra Señora a los
tres pastorcitos
¡Oh! Jesús, es por vuestro amor, por la conversión de los pecadores y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María.
Jaculatorias que la beata Jacinta,
la pastorcita de Nuestra Señora,
acostumbraba rezar con frecuencia
¡Dulce Corazón de María, sed mi salvación!
¡Inmaculado Corazón de María, convierte a los pecadores!
¡Inmaculado Corazón de María, libra a las almas del infierno!