El Perú necesita de Fátima ¿Y tú sufres mucho? No te desanimes. Yo nunca te dejaré. Mi Corazón Inmaculado será tu refugio y el camino que te conducirá hasta Dios.
CampañasTienda VirtualTesoros de la FeDonaciones



«Tesoros de la Fe» Nº 64 > Tema “La devoción a la Virgen María”

Lectura Espiritual  [+]  Versión Imprimible
AbcAbcAbc

De la Devoción a la Virgen María

(I)


Iniciamos hoy la publicación de inspirados textos de San Luis María Grignion de Montfort (1673-1711) sobre la indispensable devoción a Nuestra Señora, tan necesaria para nuestra santificación y salvación


Dice el gran doctor mariano San Luis María Grignion de Montfort, en su incomparable Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen:

“Confieso con toda la Iglesia que, siendo María una simple criatura salida de las manos del Altísimo, comparada a la infinita Majestad de Dios, es menos que un átomo, o mejor, es nada, porque sólo Él es El que es (Ex. 3, 14). Por consiguiente, este gran Señor, siempre independiente y suficiente a sí mismo, no tiene ni ha tenido absoluta necesidad de la Santísima Virgen para realizar su voluntad y manifestar su gloria. Le basta querer para hacerlo todo.

Afirmo, sin embargo, que dadas las cosas como son, habiendo querido Dios comenzar y culminar sus mayores obras por medio de la Santísima Virgen desde que la formó, es de creer que no cambiará jamás de proceder; es Dios, y no cambia ni en sus sentimientos ni en su manera de obrar. [...]

La forma en que procedieron las tres divinas personas de la Santísima Trinidad en la Encarnación y primera venida de Jesucristo, la prosiguen todos los días de manera invisible en la Santa Iglesia y la mantendrán hasta el fin de los siglos en la segunda venida de Jesucristo. [...]

La gracia perfecciona a la naturaleza, y la gloria, a la gracia. Es cierto, por tanto, que Nuestro Señor es todavía en el cielo Hijo de María, como lo fue en la tierra y, por consiguiente, conserva para con Ella la sumisión y obediencia del mejor de todos los hijos para con la mejor de todas las madres. [...]

*     *     *

Si Moisés, con la fuerza de su plegaria, contuvo la cólera divina contra los israelitas en forma tan eficaz que el Señor, altísimo e infinitamente misericordioso, no pudiendo resistirle, le pidió que le dejase encolerizarse y castigar a ese pueblo rebelde, ¿qué debemos pensar, con mayor razón, de los ruegos de la humilde María, la digna Madre de Dios, que son más poderosos delante de su Majestad que las súplicas e intercesiones de todos los ángeles y santos del cielo y de la tierra? [...]

Dios Padre quiere formarse hijos por medio de María hasta la consumación del mundo, y le dice: In Jacob inhabita - “Pon tu tienda en Jacob” (Eclo. 24, 13); es decir, fija tu morada y residencia en mis hijos y predestinados, simbolizados por Jacob, y no en los hijos del demonio, los réprobos, simbolizados por Esaú.

Así como en la generación natural y corporal concurren el padre y la madre, también en la generación sobrenatural y espiritual hay un Padre, que es Dios, y una Madre, que es María. Todos los verdaderos hijos de Dios y predestinados tienen a Dios por Padre y a María por Madre. Y quien no tenga a María por Madre, tampoco tiene a Dios por Padre. Por esto los réprobos como los herejes, cismáticos, etc., que odian o miran con desprecio o indiferencia a la Santísima Virgen no tienen a Dios por Padre aunque se jacten de ello, porque no tienen a María por Madre”.     



Regina Cæli

(en tiempo pascual; se reza en lugar del Angelus)

V. Reina del Cielo alégrate; aleluya.
R. Porque el Señor a quien has merecido llevar; aleluya.

V. Ha resucitado según su palabra; aleluya.
R. Ruega al Señor por nosotros; aleluya.

V. Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya.
R. Porque verdaderamente ha resucitado el Señor; aleluya.

Oremos: Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a alcanzar los gozos eternos. Por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

Gloria al Padre... (tres veces)





  




Artículos relacionados

Peticiones para el rosario
De la Devoción a la Virgen María (III)
De la Devoción a la Virgen María (II)
María es la tesorera de todas las gracias divinas
De la Devoción a la Virgen María (V)
El Dogma de la Asunción
De la devoción a la Virgen María (IV)







Informe de sus aportes a la Alianza de Fátima ¿Necesita que alguien rece por usted? Advocaciones marianas en el Perú Suscríbase a nuestro boletín


COVID-19
¿El coronavirus es un castigo divino?
La pandemia y los grandes horizontes de Fátima
Mons. Athanasius Schneider: Nos gloriamos en las tribulaciones
Remedio seguro contra la “coronafobia”
Cardenal Raymond Leo Burke: Mensaje sobre el combate contra el coronavirus



Peregrinando
La Revolución de la Sorbona: París, Mayo de 1968
Después de la Crucifixión, el triunfo de nuestro Redentor
Nuestra Señora de la Buena Guardia
Fiesta de la Purificación de María Santísima
El galeón sumergido: símbolo de la esperanza
Loreto, la nueva Nazaret
El Milagro del Sol
San Nuno de Santa María
En la lucha contra el jefe del orgullo sigamos al Príncipe San Miguel
La sagrada Rosa de la Ciudad de los Reyes
La devoción al Inmaculado Corazón de María
El Jardín de Picpus
La gracia de Fátima actuando en Ucrania
Nuestra Señora de la Cabeza Inclinada
La crucifixión y muerte de Jesucristo
Confianza en María Inmaculada aun cuando todo parezca perdido
En este siglo de confusión, oh Madre del Buen Consejo, ruega por nosotros
Navidad
Fátima y el comunismo: dos profecías irreconciliables
150 años de la Comuna de París
San Juan Masías
Rosa de Santa María
Iglesia y Estado: ¿unión o separación?
Remedio eficaz contra los males contemporáneos
Las glorias de María
Santo Toribio de Mogrovejo
La Sagrada Túnica de Nuestro Divino Redentor
Santa Bernadette Soubirous
Corrupción en la sociedad: ¿Existe una solución?
Fiesta de gloria y de paz
Intransigencia de los Santos: irreductible fidelidad a su misión
Cristiandad
El ángel de la guarda, nuestro verdadero amigo
La Asunción de María Santísima
¡Vade retro Satanás!
El Santísimo Sacramento de la Eucaristía
La Madonna de Monte Bérico
Remedio seguro contra la “coronafobia”
El Hijo de Dios condenado por el más arbitrario de los procesos
Santa Jacinta de Fátima: Centenario de su fallecimiento (1920-2020)
La actitud católica frente a la muerte y la concepción materialista
¿Cómo rezar bien el rosario en honor a la Virgen María?
Grandezas y glorias de San José
Presencia diabólica en el mundo de hoy
Los rostros de la Virgen en el Perú
La Visita a los Monumentos - Jueves Santo
Un remedio eficaz contra la amnesia religiosa
Santidad: la verdadera gloria de Francisco y Jacinta



 



Tesoros de la Fe


Nº 257 / Mayo de 2023

París, Mayo de 1968
La Revolución de la Sorbona

Barrio Latino de París, en la mañana del 11 de mayo de 1968, después de los violentos disturbios de la víspera



Solicite aquí la visita de la Virgen Peregrina de Fátima




Santoral

4 de junio

San Francisco Caracciolo, Confesor

+1608 Agnone (Italia). De noble familia napolitana, fundador de la Congregación de los Clérigos Regulares Menores. Tenía el don de profecía, siendo favorecido con éxtasis.

Más información aquí.

Santa Clotilde, Viuda.

+545, d.C. Tours (Francia). Siendo esposa de Clovis, Rey de los Francos, sus oraciones y ejemplos lo llevaron a la conversión, la misma que fue esencial después para constituir la Francia católica, una de las grandes glorias de la Edad Media. Viuda, presenció con dolor el asesinato de sus nietos por los propios padres (hijos de la Santa) para impedirlos reinar. Se retiró entonces hacia Tours, donde se entregó a la oración y penitencia por la conversión de los mismos.

Más información aquí.






Ayude a difundir el mensaje de Fátima
Alianza de Fátima | Donaciones | Solicite visita de la Virgen | Tienda Virtual

Campaña promovida por la Asociación Santo Tomás de Aquino
Tomás Ramsey 957, Magdalena del Mar - Lima - Perú
..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... .....